SET DE 13 LÁMINAS KAMISHIBAI EL REY MIDAS

El Dios Dionisios le debía un favor al rey Midas y le ofreció concederle el deseo que le pidiese para compensarlo. Midas era muy rico, pero como era codicioso y quería ser más rico aún, le pidió que todo lo que tocara se volviera oro. Dionisios le advirtió que ese deseo podía ser su maldición, pero Midas no le hizo caso.
A la mañana siguiente, cuando el rey despertó, al tocar sus pantuflas, estas se convirtieron en oro. Fue entonces a descolgar su bata, que también se volvió de oro. El rey estaba dichoso, saltaba de contento. Corrió por su palacio tocando uno a uno los objetos que encontraba a su paso, y todo se transformaba en oro, incluso la flor que perdió su aroma y su perro que quedó petrificado.
Cuando apareció su hija, el rey la fue a abrazar y la niña quedó transformada en una estatua de oro. Desesperado, corrió a pedirle auxilio a Dionisios, quien le recordó su advertencia. El Dios tuvo sin embargo compasión y le dijo que se bañara en las aguas del río.
Al salir del agua, Midas tocó un árbol que no perdió su naturaleza. Agradecido, se internó en el bosque y vivió el resto de su vida en una cabaña humilde.
Con ilustraciones claras y precisas, se recrea aquí un clásico de la literatura infantil. Doce láminas dan cuenta de estas locas ganas de tenerlo todo y no poder estar contento con lo que se tiene. Es esa la manía que padecía el rey Midas.